¿Qué son Soluciones Basadas en la Naturaleza?
Es un enfoque que promueve acciones que protegen, conservan, restauran, usan y gestionan de manera sostenible los ecosistemas, y que a su vez generan beneficios en las personas y la biodiversidad.
¿Qué son las medidas de Soluciones Basadas en la Naturaleza priorizadas en SolNatura?
Son medidas que integran un portafolio de 20 SbN por cada departamento (Córdoba, Huila y Santander) para enfrentar el cambio climático (adaptación y mitigación) y la pérdida de biodiversidad, contribuyendo a la visión de desarrollo territorial sostenible de cada departamento. A su vez, las 20 medidas SbN priorizadas por cada departamento son un referente para el proceso de convocatoria pública de SolNatura que seleccionará 24 proyectos con enfoque de SbN para ser implementados en los 3 departamentos. Estas medidas son producto de una de las actividades de SolNatura lideradas por The Nature Conservancy- TNC. Para conocer las medidas por departamento, la metodología y más detalles, descargue aquí el documento completo.
Medidas SbN
Priorizada
Agroforestería (sistemas agroforestales-SAF, sistemas silvopastoriles-SSP, sistemas agrosilvopastoriles-SASP)
En los SAF se integran de forma intencional árboles y arbustos en sistemas de cultivo para crear beneficios ambientales, económicos y sociales (The Nature Conservancy, 2022). Los SSP son una técnica que combina árboles y arbustos (normalmente especies leñosas), con pasturas y animales dentro de una parcela (Chará et al., 2020). Los SASP constituyen modelos alternativos que incrementan la productividad y la sostenibilidad de los recursos naturales a través de la implementación de un sistema integrado que combina árboles, cultivos, pasturas y animales (Inter-American Institute for Cooperation on Agriculture, 2022). Todos estos sistemas pueden constar de diferentes arreglos multiestrato (donde los componentes ocupan distintas capas de la estructura vertical de la comunidad), que dependerán de las características de la zona donde se requiera implementar (Nair, 1985).
Apicultura / meliponicultura sostenible
La apicultura y meliponicultura son actividades productivas que se caracterizan por la instalación, manejo y cuidado de colmenas de abejas Apis mellifera o nativas sin aguijón, para la obtención de miel y otros productos derivados de la actividad tales como polen, propóleo, jalea real o cera. Las colmenas también pueden ser instaladas en áreas en restauración ya que son un agente polinizador y/o en cultivos comerciales para aumentar y favorecer la calidad o cantidad de algunos frutos producidos (The Nature Conservancy & Fundación ALMA, 2019b; UNEP, 2020; FAO, 2021; Compañía Campo Colombia SAS, 2024). Las abejas son una parte fundamental de los ecosistemas dada la importancia de su rol para mantener la biodiversidad, asegurar la supervivencia de diferentes plantas, contribuir a la regeneración de los bosques, y permitir la adaptación de los ecosistemas al cambio climático mejorando la calidad y productividad de los sistemas agrícolas a través de la polinización (FAO, 2021).
Arborización y corredores verdes urbanos
Involucra la plantación estratégica de árboles y la creación de zonas verdes en entornos urbanos (vías, puentes, parques, etc.) (Jim, 2013). Funcionan como conexiones entre diferentes áreas verdes y ecosistemas naturales, permitiendo así el movimiento y la interacción de la fauna y la flora. Facilitan la creación de una red ecológica integrada dentro de la ciudad, mejorando la conectividad entre hábitats fragmentados por el desarrollo urbano. Además, estos corredores verdes proporcionan rutas paisajísticas para actividades recreativas como caminar, correr y andar en bicicleta, promoviendo estilos de vida saludables y una mayor interacción comunitaria (Bryant, 2006; Bilgili, B. C., & Gökyer, 2012). Esta medida juega un papel crucial en la mejora de la calidad del aire al absorber contaminantes y dióxido de carbono, en la mitigación del ruido y en la reducción del fenómeno de las islas de calor urbano mediante la provisión de sombra y la liberación de humedad.
Conservación y manejo sostenible de bosques
Para definir esta medida se acoge lo dispuesto por la Organización Internacional de Maderas Tropicales–OIMT para la ordenación forestal sostenible: proceso consistente en manejar un bosque para lograr uno o más objetivos de ordenación claramente definidos con respecto a la producción de un flujo continuo de productos y servicios forestales deseados, sin reducir indebidamente sus valores inherentes ni su productividad futura y sin causar ningún efecto indeseable en el entorno físico y social (MinAmbiente, 2021). Incluye prácticas para preservar, manejar y usar de forma sostenible los bosques, así como para fortalecer la gobernanza y mejorar la calidad de vida de las comunidades que los habitan.
Conservación y manejo sostenible de humedales
La Política Nacional para Humedales interiores de Colombia (MinAmbiente, 2002a), se basa en su manejo y uso sostenible con el fin de mantener y obtener beneficios ecológicos, económicos y socioculturales, como parte integral del desarrollo del país. Por lo tanto, esta medida incluye prácticas para preservar, manejar y usar de forma sostenible los humedales. Estos ecosistemas favorecen la regulación de la calidad del agua y del ciclo hidrológico, así como la conservación de la biodiversidad, especialmente de aves y fauna y flora acuática. También, mitigan el impacto de la escorrentía de las aguas pluviales y la erosión del suelo, y brinda protección contra tormentas e inundaciones, facilitando la adaptación al cambio climático (UNESCO, 2018). Los humedales con manejo sostenible ofrecen oportunidades recreativas contribuyendo a las economías locales (Barbier et al., 1997), además de tener significado cultural y espiritual en las prácticas y creencias tradicionales (Finlayson & Spiers, 1999).
Conservación y manejo sostenible de manglares
La conservación y manejo sostenible de manglares favorecen la adaptación de las comunidades costeras a los fenómenos meteorológicos extremos como el aumento del nivel del mar y las inundaciones causadas por el cambio climático (UNESCO, 2018). También, favorece la mitigación del cambio climático, ya que los manglares son importantes sumideros de carbono, además de proporcionar otros servicios ecosistémicos como la regulación hidrológica, la retención de nutrientes y sedimentos, y el mantenimiento de la biodiversidad (IPCC,2022). Esta medida incluye prácticas para preservar, manejar y usar de forma sostenible los manglares.
Conservación y manejo sostenible de páramos
Los páramos son un ecosistema estratégico de especial importancia ecológica que goza de protección especial. La mayoría de los páramos del país se encuentran en alguna figura de protección, por lo que son muchos los usos restringidos dada su incompatibilidad con los objetivos de conservación (por ejemplo, la minería, la construcción de vías, actividades agropecuarias intensivas). La mayoría de las intervenciones en páramos están orientadas a la preservación y restauración de este ecosistema, sin embargo, existen otras intervenciones permitidas como las orientadas al manejo sostenible, por ejemplo, estrategias orientadas a la reconversión y sustitución de las actividades agropecuarias (MinAmbiente, 2018c).
Conservación y uso sostenible del suelo
Conservar un suelo se refiere a llevar a cabo actividades que mantengan o aumenten la su salud, principalmente en áreas afectadas o propensas a la degradación, esto incluye la prevención o la reducción de la erosión, compactación y la salinidad, su conservación o drenaje; su mantenimiento o su mejoramiento de la fertilidad (Soto, 2021). Al conservar el suelo, no solo se apoya la producción de alimentos, sino también el almacenamiento y suministro de agua limpia, el mantenimiento de la biodiversidad, el secuestro carbono y el aumento de la resiliencia en un clima cambiante (FAO, 2017, p. 3).
Declaratoria o manejo de áreas protegidas
Un área protegida es un área definida geográficamente que haya sido designada o regulada y administrada a fin de alcanzar objetivos específicos de conservación (Naciones Unidas, 1992). En Colombia, las áreas protegidas pueden ser urbanas o rurales, y de tipo nacional, regional o local, y se dividen en diferentes categorías que conforman el Sistema Nacional de áreas protegidas (MinAmbiente, 2015d). Esta medida busca apoyar el proceso de ruta de declaratoria de nuevas áreas protegidas, o ampliar las existentes (cuando aplique) (MinAmbiente, 2015c).
Diversificación de cultivos
Consiste en la siembra de varias especies agrícolas en una misma finca, resaltando la producción simultánea de dos o más cultivos de manera intercalada. Este enfoque puede adoptar diversos arreglos como asociaciones de múltiples especies, mezcla de cultivos anuales, incorporación de árboles frutales y maderables, así como la siembra de distintas hortalizas (UNEP, 2020). En los modelos de diversificación de cultivos, se persiguen diferentes objetivos como la reducción de insectos herbívoros, la implementación de control biológico mediante la siembra de especies antagonistas, el uso eficiente de espacios tanto horizontales como verticales de las parcelas, y el aumento de los ingresos para los agricultores (UNEP, 2020), debido a que el riesgo de pérdida de cultivos disminuye. Adicional, se da una distribución de ingresos a lo largo de todo el año, ya que como son cultivos distintos la producción no se da toda al tiempo.
Mejoramiento de la conectividad hidrológica
Se centra en la restauración o mantenimiento de la conectividad de los ecosistemas acuáticos, tales como ríos, lagos, humedales y acuíferos (Jansson et al., 2007; Pérez, cuervo & Rincon, 2021). Su implementación es de carácter regional y local (Freeman et al., 2007), y busca mejorar la conectividad hidrológica, un proceso crucial para la transferencia de materia, energía y organismos a través del agua dentro y entre los elementos del ciclo hidrológico (Zhang et al., 2021).
Nominación y manejo de otras medidas efectivas de conservación basadas en área
Las OMEC son un área geográficamente definida que no sea protegida, que está gobernada y gestionada de manera que se logren resultados positivos y sostenidos a largo plazo para la conservación in situ de la biodiversidad, las funciones y servicios ecosistémicos asociados y cuando proceda, los valores culturales, espirituales, socioeconómicos y otros valores localmente relevantes (CDB, 2018; Santamaría et al., 2018; y Santamaría-Gómez, 2021a ). Las OMEC se diferencia de las áreas protegidas, dado que las segundas tienen un objetivo primario de conservación, mientras que las primeras pueden adoptar manejos que permiten la conservación efectiva in situ de la biodiversidad, independientemente de sus objetivos. En ese sentido, las OMEC pueden tener objetivos de conservación primarios, secundarios o subsidiarios. En cualquier caso, es importante resaltar que para poder ser una OMEC, se deben mostrar aportes y resultados positivos de conservación de la biodiversidad (Santamaría et al., 2021b).
Plantaciones forestales protectoras – productoras de pequeña escala
Se basa en la siembra de árboles en áreas forestales protectoras para el aprovechamiento directo o indirecto de la plantación, condicionada al mantenimiento del efecto de protección del recurso, lo que genera la obligación de mantener el bosque (Minambiente, 2019; Profor, 2017). Las plantaciones forestales en Colombia se encuentran clasificadas por el Decreto 1532 de 2019 en; 1) plantaciones forestales protectoras, y 2) plantaciones forestales protectoras-productoras. Con relación a la escala, el decreto Ley 2811 de 1974 menciona, que la explotación forestal por sistema de aserrío en baja escala y con fines comerciales puede ser realizada por campesinos que tengan en ella su única fuente de trabajo, como medio de subsistencia, por lo que será necesario solicitar permiso para el desarrollo de esta actividad ante las autoridades ambientales regionales (República de Colombia, 1974).
Rehabilitación de áreas degradadas
La rehabilitación de áreas degradas consiste en el inicio o aceleración del proceso de restablecimiento del estado de conservación y la prestación de servicios ecosistémicos en las áreas degradadas, dañados o destruidas (WRI, 2020) con el objetivo de generar un ecosistema que representa una mejoría para el medio ambiente, conservando al máximo posible la funcionalidad del ecosistema original, pero no de su composición (MinAmbiente, 2015b). Esta medida SbN contribuye al mejoramiento de zonas degradadas ambientalmente, también contribuye al secuestro de carbono mediante la plantación de especies y a la adaptación al cambio climático mediante la reducción del riesgo de desastres (MinAmbiente, 2015b).
Restauración de bosques
Esta medida implica el inicio o aceleración del proceso de recuperación de los bosques que han sido degradados, dañados o destruidos (WRI, 2020). La restauración busca volver el ecosistema a su condición original, o por lo menos, mejorar su funcionalidad, composición y salud ecológica (rehabilitación). Cuando el ecosistema resultante de este proceso representa una mejoraría para el medio ambiente, pero no se parece en la composición y funcionalidad del ecosistema original se refiere a procesos de recuperación (MinAmbiente, 2015b). Su aplicación se da donde hubo o hay bosques nativos cuyas amenazas son la deforestación, invasión de especies no nativas, zonas afectadas por actividades humanas como la agricultura, la ganadería y el acaparamiento de tierras (IDEAM, 2021), incendios, desastres naturales, la emisión de gases de efecto invernadero (The Nature Conservancy, 2021), entre otras.
Rehabilitación de áreas degradadas
La restauración como estrategia de manejo de humedales, busca el desarrollo de una serie de acciones encaminadas al restablecimiento del funcionamiento hidráulico, la calidad hídrica, la estructura y composición de las rondas hídricas, y la recuperación de la diversidad biológica asociada a estos sistemas naturales, con el ánimo de mantener y/o mejorar su funcionamiento con respecto a su dinámica (procesos), integridad ecológica (conectividad hidrológica y funcionalidad ecosistémica) y resiliencia (The Nature Conservancy & Fundación ALMA, 2019). De acuerdo con el Minambiente (2015b), los objetivos del proceso de restauración pueden apuntar hacia la restauración ecológica, la rehabilitación o la recuperación dependiendo del nivel de degradación de este ecosistema.
Restauración de la conectividad del paisaje
La restauración de la conectividad del paisaje implica el inicio o aceleración del proceso de recuperación de ecosistemas o agroecosistemas que permiten el vínculo o conexión de los elementos de paisaje que han sido degradados, dañados o destruidos (WRI, 2020), de tal forma que puedan recuperar parcialmente su estructura y composición (Leija & Mendoza, 2021). Su aplicación se da en paisajes fragmentados que impiden el movimiento de especies y la pérdida de beneficios de la naturaleza (Imbach et al., 2013; Lejia & Mendoza, 2021). La restauración busca volver el ecosistema a su condición original, o por lo menos, mejorar su funcionalidad, composición y salud ecológica (rehabilitación).
Restauración de manglares
Esta medida implica el inicio o aceleración del proceso de recuperación de los ecosistemas de manglar que han sido degradados, dañados o destruidos (WRI, 2020). La restauración busca volver el ecosistema a su condición original, o por lo menos, mejorar su funcionalidad, composición y salud ecológica (rehabilitación). Para la restauración de manglares se sugiere considerar una evaluación previa del estado del ecosistema, la autoecología de las especies, la rehabilitación hidrológica que favorezca la regeneración natural o la reforestación si se identifica como necesaria después de una evaluación del sistema (Teutli-Hernández et al., 2020). Su aplicación se da en zonas costeras deforestadas o degradadas y que estén siendo amenazadas por contaminación, acuacultura masiva, desarrollo urbano, ganadería, desastres naturales, agricultura, sobre explotación de recursos (por ejemplo, deforestación, pesca excesiva) y turismo (Corporación Autónoma Regional del Cauca-CRC, 2017; Teutli-Hernández et al., 2020).
Restauración de nacimientos de agua y cuencas abastecedoras
Atiende el desafío de seguridad hídrica favoreciendo la calidad y disponibilidad del agua. Incluye beneficios relacionados con la preservación de los ciclos naturales del agua, mejora de la capacidad de infiltración del suelo y reducción de la erosión, contribuyendo así a la conservación de los recursos hídricos, vitales tanto para los ecosistemas como para las comunidades (CEPAL, 2002). Los nacimientos son definidos como el afloramiento superficial de agua de origen subterráneo (MinAmbiente, 2018a). En el decreto 1076 de 2015, MinAmbiente define la cuenca hidrográfica como un área de aguas superficiales o subterráneas que vierten a una red hidrográfica natural con uno o varios cauces naturales, de caudal continuo o intermitente, que confluyen en un curso mayor que, a su vez, puede desembocar en un río principal, en un depósito natural de aguas, en un pantano o directamente en el mar. Esta medida incluye prácticas para la prevención y control de la degradación de los recursos hídricos y demás recursos naturales de la cuenca, y para la restauración de ecosistemas que son esenciales para la regulación del recurso hídrico
Restauración de páramos
Esta medida SbN implica el inicio o aceleración del proceso de recuperación de los ecosistemas de páramo que han sido degradados, dañados o destruidos (WRI, 2020). La restauración busca volver el ecosistema a su condición original, o por lo menos, mejorar su funcionalidad, composición y salud ecológica (rehabilitación). Las estrategias de restauración ecológica deben ser formuladas en función del escenario de degradación del ecosistema y deben promover la recuperación de la estructura, composición y función con técnicas que incorporen la representatividad de las comunidades propias del páramo, teniendo en cuenta el diagnóstico inicial del estado del ecosistema y partiendo, en caso de ser necesario, de un reacondicionamiento del suelo (Cabrera & Ramirez, 2014). Su aplicación se da sobre los límites de páramos donde se encuentren actividades relacionadas con la agricultura principalmente de papa y cebolla, la ganadería extensiva, las quemas intencionadas, los incendios espontáneos en época seca, especies invasoras, disturbios por minería, entre otras (CRC, 2017; Teutli-Hernández et al., 2020).
Restauración de playas o costas
El proceso de restauración de playas busca recuperar la estructura y funcionamiento (procesos sedimentarios y ecológicos), de forma que el sistema restaurado mantenga una situación de equilibrio dinámico acorde con las características sedimentarias y ecológicas de su entorno. Esta medida SbN se centra en el fortalecimiento de la biodiversidad costera y las funciones y procesos naturales que tienen lugar en la misma. Para lograr una defensa costera resiliente y multifuncional, puede ser necesario combinar acciones complementarias que faciliten la protección de la playa, el litoral y las dunas y, al mismo tiempo, permitan la conectividad ecológica. Es fundamental, por tanto, restaurar las playas para restablecer su dinámica natural, recuperando los sistemas dunares cuando sea posible, eliminando todas las fuentes de contaminación acústica o lumínica, como chiringuitos o acceso de vehículos motorizados, evitando la llegada de aguas residuales o de retorno agrícola, y eliminando elementos que devuelvan a las playas su identidad como ecosistema (Ecologístas en Acción, 2023).
Sistemas sostenibles de combustión (estufa ecoeficiente) con manejo de cultivos dendroenergéticos (huerto leñero)
Esta medida integra el uso de estufas diseñadas para una combustión eficiente de biomasa con la práctica de cultivar árboles o arbustos para obtener dicha biomasa de manera sostenible (Díaz & Díaz, 2015). Estas estufas son significativamente más eficientes que los métodos tradicionales de combustión de leña, ya que están diseñadas para maximizar la cantidad de calor generado mientras reducen la emisión de humo y otros contaminantes atmosféricos (Guzmán et al., 2017). Por otro lado, los huertos leñeros, que consisten en el cultivo planificado y gestionado de especies de rápido crecimiento, aseguran un suministro renovable y sostenible de leña (Díaz & Díaz, 2015). Su implementación fomenta la autosuficiencia y la resiliencia de las comunidades rurales frente a los desafíos energéticos y ambientales, contribuyendo a su vez, a la reducción de la deforestación (Guzmán et al., 2017).
Sistemas urbanos de drenaje sostenible (SUDS)
Los sistemas urbanos de drenaje sostenible (SUDS) son una red integrada de áreas con vegetación diseñada y espacios abiertos utilizados para proteger o recuperar funciones del ecosistema natural y ofrecer una amplia variedad de beneficios a las personas y a la vida silvestre. Los SUDS son un complemento a la infraestructura centralizada convencional de sistemas de alcantarillado para minimizar los impactos hidrológicos de la urbanización y aumentar la resiliencia ante eventos extremos de lluvia en los centros urbanos. Esta medida contribuye en la disminución de los efectos negativos de la urbanización en las cuencas a través del mejoramiento descentralizado de infiltración, retención y detención de agua (Ferrans et al., 2023), así como restaurar la conectividad ecológica del paisaje conforme se propicia mayor bienestar de las ciudades a través de la mitigación del efecto de isla de calor y secuestro de carbono.
Tratamiento de aguas residuales por medio de biorremediación
La biorremediación se refiere al empleo de organismos vivos, incluyendo plantas, hongos y microorganismos, para el tratamiento y mejora de la calidad del agua contaminada. Esta técnica es particularmente eficaz con ciertas bacterias que pueden transformar moléculas de contaminantes orgánicos en dióxido de carbono, agua y iones inorgánicos, todos elementos esenciales en los ciclos biogeoquímicos, facilitando así la regeneración de ecosistemas afectados por el vertido de sustancias orgánicas, plaguicidas, compuestos inorgánicos y metales pesados (INVEMAR, 2006). Los sistemas de biorremediación son eficaces en la eliminación de sólidos totales, amoníaco, nitratos, fósforo y en la reducción de la demanda química y bioquímica de oxígeno, así como en la disminución de patógenos (Soma & Biswas, 2022). La biorremediación contribuye al desafío de seguridad hídrica como una alternativa avanzada y ventajosa para el tratamiento de aguas residuales.
Turismo de naturaleza (ecoturismo, turismo de aventura, turismo científico y turismo rural)
En el país se concibe el turismo de naturaleza como aquel cuya oferta de productos y servicios se desarrolla en torno a un atractivo natural que se rige por principios de sostenibilidad (Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, 2012), esto último entendido como aquel que toma en consideración las repercusiones económicas, socioculturales y ambientales, actuales y futuras, para desarrollar actividades que den respuesta a las necesidades de los visitantes, de los destinos, de las comunidades anfitrionas, de la industria turística y del entorno (Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, 2024). Esta medida consiste en el aprovechamiento de los recursos naturales y de algunas prácticas culturales como atractivos turísticos que cuenten con las siguientes características: 1) toda forma de turismo en la que la motivación principal de los turistas sea la observación y apreciación de la naturaleza o la participación en actividades culturales; 2) elementos educativos de sensibilización y/o interpretación y 3) intento por reducir todos los posibles impactos negativos sobre el entorno natural y sociocultural.
Unidades productivas familiares rurales y urbanas
Esta medida comprende todas las actividades agrícolas centradas en la familia. Se refiere a la forma de organizar la producción agropecuaria, forestal, pesquera, pastoril, apícola y acuícola en la cual la administración y gestión están a cargo de una familia y dependen principalmente del trabajo de sus miembros y su capital. En ella participan tanto mujeres como hombres y jóvenes. Aquí, se reconoce la estrecha relación entre la familia y el área productiva; considerando que ambas evolucionan conjuntamente y combinan funciones económicas, ambientales, sociales y culturales. El enfoque de estas unidades incluye la agricultura urbana y la cría de animales en pequeña escala, orientados hacia objetivos como fomentar la autosuficiencia alimentaria, mejorar el entorno urbano, y promover la sostenibilidad y conexión con la naturaleza en el ámbito urbano (Hernández, 2006).